Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el agua del grifo sobrepasa en calidad y precio al agua embotellada. A pesar de esto, muchos consumidores optan por comprar agua embotellada a diario, posiblemente debido al sabor desagradable o la dureza del agua corriente en su área.
La dureza del agua, medida por la concentración de minerales como el calcio y el magnesio, es un factor esencial que puede afectar notablemente a su sabor y, en última instancia, determinar si el agua de una determinada localidad es percibida como teniendo un sabor «malo» o desagradable por los consumidores.
¿A qué se debe la dureza del agua?
La dureza del agua del grifo se ve afectada por niveles de diversas sustancias como calcio, sales, magnesio, cloro y contaminantes, que contribuyen a un sabor generalmente poco agradable al paladar. La OCU ha elaborado un ranking que muestra las ciudades españolas con aguas más o menos duras, basado en datos proporcionados por los ayuntamientos sobre la calidad del agua y sus componentes.
Sorprendentemente, aunque el agua del grifo de Madrid es bien conocida por su calidad, otras ciudades españolas la superan en este aspecto. El mapa revela que las regiones del norte y oeste de la península tienen agua de mejor calidad, mientras que las zonas del sur de Aragón, Valencia y Almería tienen aguas con mayor dureza. Por otro lado, las Islas Canarias también disfrutan de un agua menos dura y apta para el consumo humano.
¿Qué ciudad tiene la mejor agua del grifo?
Según los datos recopilados por la OCU, algunas de las ciudades con las mejores aguas del grifo incluyen Burgos, Vigo, San Sebastián y Las Palmas. Otras como Madrid, Granada y León también destacan por la calidad de su agua. Por otro lado, en las ciudades donde el agua es más dura y suele tener un sabor desagradable, como Zaragoza, Ciudad Real, Palma de Mallorca, Huelva, Logroño y Barcelona, la OCU señala la necesidad de mejorar su composición.
Aunque el agua es potable, puede contener trihalometanos o bacterias perjudiciales para la salud. En estas áreas, se recomienda optar por aguas minerales naturales con una mineralización débil o muy débil. Estos son los hallazgos que revela el estudio:
- Agua blanda (menos de 12 ºf): A Coruña, Pontevedra, León, Valladolid, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa, Madrid, Badajoz, Alicante, Tenerife y Gran Canaria.
- Agua poco dura (de 12 a 30 ºf): Principado de Asturias, Navarra, La Rioja, Girona, Barcelona, Ciudad Real, Sevilla, Cádiz y Granada.
- Agua dura (de 30 a 40 ºf): Tarragona, Mallorca, Murcia, Albacete y Jaén.
- Agua muy dura (más de 40 ºf): Zaragoza, Teruel, Valencia y Almería.
¿Qué es más recomendable el agua del grifo o la embotellada?
Según la OCU, el agua del grifo representa una elección óptima: es económica, respetuosa con el medio ambiente y de alta calidad. Sin embargo, la organización destaca que esto requiere la colaboración no solo de los usuarios:
- La Administración: Las etiquetas de las aguas minerales deben mostrar su composición, pero la legislación no especifica los minerales requeridos. Como resultado, algunas marcas detallan hasta nueve elementos, mientras que otras solo cuatro, y a menudo no coinciden. La normativa tampoco establece los niveles minerales necesarios para que un agua pueda promocionarse como «apta para la preparación de alimentos infantiles».
- Supermercados y establecimientos de hostelería: Deben ofrecer agua embotellada localmente para minimizar el impacto ambiental del transporte. En áreas donde el agua del grifo es de buena calidad, los restaurantes deberían servirla como primera opción, siguiendo la práctica común en otros países.
- Consumidores: Deben reconocer los beneficios del agua del grifo y no dejarse influir por la publicidad, las tendencias o las afirmaciones pseudocientíficas en contrario.